domingo, 6 de noviembre de 2011

"La tercera expedición" de "Crónicas Marcianas"





CRÓNICAS MARCIANAS, Ray Bradbury
“La tercera expedición”

Este relato narra sobre la tercera expedición a Marte en abril de 2000. La primera expedición es narrada en el episodio “El verano de cohete” en Enero del año 1999 llegando a Marte en febrero del mismo año narrado en el episodio “Ylla”.
La segunda expedición es narrada en “Noche de verano” fechado en agosto de 1999 llegando a destino el mismo mes en el episodio “Los hombres de la Tierra”.
La partida de esta tercera expedición está narrada en “El contribuyente”, Marzo de 2000.



1er momento: el viaje y llegada a Marte.

El narrador es externo, no es ninguno de los personajes de la obra, y parece tener su punto de vista en Marte, ya que dice: “la nave vino del espacio. Vino de las estrellas…”

El episodio comienza con una descripción del viaje por la inmensidad del espacio con todos sus enigmas, misterios y profundo silencio. Luego se describe la nave, el cohete en el que viajan a Marte diecisiete hombres, “incluyendo un capitán”. La nave partió de la ciudad de Ohio y fue despedida por una gran muchedumbre. El cohete es descrito como “nueva”, “con fuego en las entrañas” y también se nos dice que “todavía es hermoso y fuerte” puede sugerir que tal vez más tarde ya no sea tan hermoso y fuerte. Navegaba por “las aguas de medianoche del espacio” es decir, en plena oscuridad, hacia lo desconocido, “dejando atrás la luna antigua”. Se refiere a la luna como antigua porque el narrador se proyecta al futuro y considera que ésta ya ha sido conquistada por el hombre. No olvidemos que este libro fue publicado por Bradbury en 1948 y el hombre llegó a la luna recién en 1969, por lo que en el año 2000 (fecha de esta tercera expedición) realmente la luna ya es conquista antigua para los hombres.

Los hombres que realizaron este viaje se enfermaron durante el mismo, incluso se nos dice que uno de ellos murió. A través de las breves expresiones de tres de los hombres de la tripulación son presentados los personajes protagonistas de esta historia: Lustig que muestra asombro y alegría al llegar a Marte, Hinkston mostrando algo de soberbia y el capitán John Black que con un seco “bien” muestra su carácter sobrio y su prudencia.

Comienza con una descripción del lugar a través de la técnica cinematográfica porque va, como una cámara, pasando de un plano general a un primer plano aproximándose lentamente. Si bien es asombrosa la descripción de Marte para nosotros lectores y para los hombres que llegaron de la Tierra, no parece serlo para el narrador que no parece sorprenderse del parecido que Marte tiene con el planeta Tierra: prado verde, ciervo de hierro, casa victoriana, molduras rococó, ventanas con vidrios coloreados, cielo primaveral, los mismos árboles y flores, campanario de una iglesia. Es decir que tanto la naturaleza como la cultura, e incluso la religión y los valores éticos parecen ser idénticos a los de la Tierra.

Los personajes observan lo que están viendo y no lo pueden creer, encuentran una gran diferencia entre lo que les dice la razón y las sensaciones que van sintiendo. El capitán siempre mostrando ser más prudente y cauto, no se deja llevar por las sensaciones, sino que intenta ser todo el tiempo racional. Tanto Hinkston como Lustig están intentando encontrar una explicación de este parecido de Marte con la Tierra, pensando que los responsables podrían ser los integrantes de las anteriores expediciones. Pero el capitán nuevamente desecha la explicación, porque no lo cree posible por un tema del poco tiempo transcurrido y el aspecto viejo del pueblo que están viendo, siempre utiliza la razón antes de sacar conclusiones. Hinskton trata de explicar todas estas coincidencias por “la existencia de Dios”, apelando a lo metafísico a la posibilidad de una prueba de la intervención divina. Lustig, el más joven de los tres hombres muestra su tranquilidad y entusiasmo al decir: “¿Con qué nos enfrentamos?... con nada, capitán. Es un pueblo agradable, verde y tranquilo, un poco anticuado como el pueblo donde nací. Me gusta el aspecto que tiene.”

Comienza allí un diálogo sobre las edades de los personajes en el que se destacan los avances de la ciencia que permiten que un hombre de ochenta años como el capitán John Black pueda parecer de cuarenta. Este hombre de gran experiencia en la vida, no quiere arriesgar la vida de todos los hombres de la tripulación, por lo cual decide salir del cohete solo con Hinskton y Lustig, y avisar a la Tierra que llegaron, sin dar muchos detalles.

Se habla de las armas con las que cuentan estos hombres: “Disponemos de un verdadero arsenal”: frase que finalmente resulta irónica ya que las armas que tienen los marcianos son mucho más importantes y poderosas, pero diferentes.

2º momento: tres hombres bajan de la nave.

Comienza con una descripción basada en la percepción sensorial: imágenes visuales, cromáticas, sonoras, táctiles y olfativas. “… alguien tocaba el piano…” se oye una presencia antes que verla, suenan canciones conocidas para estos hombres.

El narrador insiste con la idea de que el aire está “enrarecido”. Los hombres nuevamente intentan explicar la similitud entre Marte y la Tierra con una nueva hipótesis: “¡los viajes a Marte empezaron antes de la primera guerra mundial!”, los hombres tenían miedo y querían huir de la Tierra para evitar morir a causa de la guerra, buscando un nuevo lugar en el que vivir, una nueva vida. Por esto construyeron estos pueblos tan parecidos a los de la Tierra, como del año 1927. Justifican esta hipótesis diciendo que en esa época era más fácil guardar un gran secreto como éste. El narrador nos muestra al hombre siempre en busca del conocimiento, y como científicos que son, necesitan la comprobación del mismo: “solo nos falta encontrar a alguien y verificarlo”.

Todo en el ambiente de este lugar parece ser tranquilo y agradable para los sentidos, llenando a estos personajes de paz. Se acercan a una casa y todo les resulta muy familiar, los adornos, los muebles, los olores, los sonidos: todo les da idea de hogar.

3er momento: Primer encuentro con los habitantes.

Comienza un diálogo entre los hombres de la Tierra y una mujer que vive en la casa a la que van. Este diálogo muestra un gran desconcierto de parte de los hombres y una gran ironía de parte de la mujer. Ésta les confirma que están en el año 1926, además de decirles que están en la Tierra; esto aumenta el desconcierto, temor y terror de los hombres, que finalmente creen que en vez de haber viajado en el espacio, viajaron en el tiempo. Hinkston intuye el peligro: “¿Estaremos jugando con algo peligroso?”, cree que lo mejor es volver a la Tierra. Los personajes tratando de aplicar la lógica, creen que estos personajes que han encontrado en Marte están bajo una experiencia de hipnosis, cuando irónicamente, los sujetos del fenómeno de hipnosis son ellos en realidad. La ironía continúa cuando el capitán dice: “Tenemos mejores armas”, sintiéndose protegidos ante un posible ataque.

4º momento: Encuentro de Lustig con sus abuelos.

Lustig es el primer personaje elegido para caer en la trampa: es el más joven, el menos experiente y el que siente más entusiasmo por este lugar que le recuerda tanto a su pueblo natal. Lustig siente: “asombro, incredulidad y dicha” al reencontrar se pronto con la imagen de sus abuelos, corriendo hacia ellos, a pesar de que el capitán no se lo permitió. Es la primera vez en el cuento que sabemos menos de la historia que uno de los personajes, ya que nosotros tampoco entendemos qué significa este encuentro (aún no sabemos, como tampoco lo saben Hinkston y Black que los abuelos de Lustig estaban muertos). Para Lustig es el sueño humano cumplido: el reencuentro con lo definitivamente perdido. Una nueva descripción del lugar corta por unos instantes la acción de los personajes. En esta descripción encontramos algunos pleonasmos (figura literaria que implica una redundancia) como cuando dice que “se oía el sonoro tictac de un reloj … alto y largo… almohadones blandos”.

La abuela de Lustig dice: “-Salud.- La abuela se llevó el vaso a los dientes de porcelana.” Esto llama mucho la atención y resulta irónico, porque salud no pueden tener, si es que están muertos. Los dientes que parecen de porcelana, son como artificiales, no dan idea de algo natural. También tiene un “ojo brillante”.

El capitán se siente tan sorprendido como nosotros los lectores cuando la abuela responde a Lustig que están allí desde que se murieron. Nosotros vamos descubriendo datos junto al capitán que es el personaje más racional, el más experiente y el más responsable. La abuela le hace sentir que debe poner los sentimientos por encima de la razón.

Lustig está tan contento y emocionado que no puede pensar con lógica y razón.

5º momento: todos los hombres de la tripulación se encuentran con familiares y amigos.

Este momento significa el reencuentro de estos hombres con su pueblo natal, con sus seres queridos, con los recuerdos de su infancia, son, en conjunto, una gran tentación que resulta la tentación en la que finalmente todos van a caer.

“El cohete yacía vacío y abandonado”: esta imagen de yacer, nos da idea de muerte.
Nos encontramos con una nueva descripción en la que se utiliza lenguaje bélico, que podemos asociar a la guerra: “Una banda de música rompió a tocar… lanzando…trompetas que apuntaban al cielo”.

Los hombres se separan en brazos de madres, padres, hermanos, ya no son parte de una tripulación, esto los debilita aún más. John Black da una orden que es desconocida por todos, el capitán ha dejado de serlo, el personaje se siente en una gran soledad y desconcierto. El capitán está tratando de reafirmar su sentido del deber, cuando también es sorprendido en su emoción.

6º momento: El encuentro de John Black con su familia.

El capitán, al encontrarse con su hermano Edward pasa a ser uno más de los hombres, pierde su racionalidad, se deja llevar por la emoción y los sentimientos igual que los demás ¿Acepta esta ilusión de una posible inmortalidad?

Los personajes se tratan con un lenguaje muy familiar, a través del que no informan sobre la situación de este reencuentro. El capitán siente muy cerca la increíble posibilidad de reencontrarse también con su padre y su madre, con la casa de su infancia, con sus recuerdos más queridos: “El capitán casi cayó al suelo como si lo hubieran golpeado con un arma poderosa” comparación que resulta irónica, porque realmente esto es lo que ha ocurrido, lo han golpeado con el arma más poderosa de todas: la que maneja los sentimientos.

John y su hermano se van corriendo juntos hacia la casa, y vemos una descripción del personaje: “… veía la figura dorada de Edward Black”, ¿los marcianos son así?
“¡Te he ganado!”: le dice Edward, y esto es realmente así, porque es el primero y real enemigo con el que se ha encontrado.

Nos encontramos con una nueva descripción, a través del recurso del polisíndeton (acumulación de elementos a través de la conjunción, la “y” en este caso) de la casa de la infancia, que está igual a como él la recordaba, las mismas costumbres, los mismos aromas, la misma música, y “puertas que se cerraban”…

Cuando el capitán intenta desconfiar, la madre apela a su fe en Dios: “Dios es bueno con nosotros”. La madre le hace sentir que todo lo que lo aleje de allí para retomar su cargo de capitán parece una pretensión inútil. El capitán siente sus sentidos colmados como por una suavidad que parece dormirlo, debilitarlo, se siente muy cansado.

Las sensaciones agradables, los deliciosos aromas y la música no eliminan lo funesto, la idea de que la muerte está cerca.

Se insiste con el aspecto dorado de Edward que se acuesta a su lado en el dormitorio de su infancia. Se nos dice que en la habitación solo se oía la respiración de los dos hombres, no de los dos hermanos.

En ese silencio de la noche, el capitán retoma su pensamiento y comienza a hacerse una serie de preguntas ya que todo esto que ha ocurrido no parece tener una respuesta lógica, con sentido racional. El personaje, a través de oraciones unimembres (de una sola palabra), intuye la naturaleza marciana en estos fingidos parientes y amigos. Comienza entonces a “suponer” posibles hipótesis a través de estilo indirecto libre, repitiendo “supongamos” al comienzo de cada frase, utilizando el recurso de la anáfora. A través de todas esas suposiciones, el capitán va llegando a la verdad de los hechos.

7º momento: Primer final.

El capitán toma conciencia del gran peligro que corre su vida y la de todos sus hombres, reconoce la trampa en la que han caído. Intenta escapar porque siente miedo, corre para escapar de su “hermano Edward” y a través de una elipsis vemos como el efecto hace ver la causa: “Nunca llegó a la puerta”, entendemos que si no pudo llegar es porque fue muerto a manos de su supuesto hermano.

8avo. momento: Segundo final.

En este final podemos observar la ferocidad de la resistencia de los marcianos que mantienen la ilusión de “Tierra” hasta casi el final del relato: se describe un cortejo y una banda tocando una marcha fúnebre, madres, padres, hermanos, abuelos llorando y dirigiéndose al cementerio. Allí hay ya preparadas dieciséis lápidas y fosas que esperan los cuerpos de los tripulantes de la tercera expedición. Nosotros lectores también estamos de duelo porque perdemos la ilusión, nos enteramos de la verdad, a pesar de que este final es muy enigmático y metafórico. Pero esas caras brillantes, poco naturales, que se comienzan a derretir como la cera y “transformándose en alguna otra cosa”, ¿en marcianos? Nada se dice directamente, pero todo está sugerido: la banda que tocaba la marcha fúnebre se retira con paso marcial, de Marte, de marciano, de Marte el dios de la guerra –según la mitología greco-latina- que acaban de ganarle a los hombres.

domingo, 4 de septiembre de 2011

Movimientos de Vanguardia del Siglo XX

CÉSAR VALLEJO



PIEDRA NEGRA SOBRE UNA PIEDRA BLANCA



Este poema es un soneto (dos cuartetos y dos tercetos) de versos endecasílabos (versos de once sílabas) y rima asonante (sólo riman las vocales).

El título del poema es simbólico, ya que según el diccionario de símbolos de Cirlot, “piedra” es símbolo de alma, mientras que “negra” y “blanca” son símbolos de muerte y vida respectivamente. Por lo tanto, ya desde el título del poema aparece la presencia de la muerte que apaga a la vida. En el título el tema de la muerte aparece como idea general, pero en el poema el poeta nos habla de su propia muerte.

En el primer cuarteto el yo lírico pronostica con exactitud su propia muerte: “Me moriré en Paris con aguacero”. Éste es un verso profético ya que el verbo “morir” está conjugado en futuro, mostrando una acción que todavía no ha ocurrido. París es la ciudad luz, considerada la ciudad de la cultura, fundamentalmente en la época en la que vivió el poeta. La expresión “con aguacero” está tomada del lenguaje coloquial, cotidiano, propio de la literatura de vanguardia.

“Un día del cual tengo ya el recuerdo”: el verbo “tener” está conjugado en presente, y la palabra “recuerdo” nos hace pensar en el pasado, ya que solo podemos recordar algo que ya pasó. Por lo tanto en estos dos primeros versos, observamos un juego con el manejo del tiempo que solo es posible en el mundo de la literatura, la posibilidad de un tiempo reversible. El yo lírico dice tener el recuerdo, “ya”, ahora, en el momento de la creación poética, del día de su muerte que aún no ocurrió.

“Me moriré en Paris –y no me corro-“: observamos en este verso una anáfora, es decir, la repetición de una misma expresión al comienzo de verso. Insiste con la afirmación de la profecía de su muerte en Paris, y a través de una nueva expresión coloquial “no me corro” vuelve a afirmar la idea, muestra estar convencido de lo que dice, no va a cambiar su afirmación.

“tal vez un jueves, como es hoy, de otoño.”: no solamente afirma dónde va a morir, sino además cuándo lo hará, determina el momento. El jueves es un día que puede recordarnos al día en que comenzó la pasión de Cristo. El otoño, que ha simbolizado la madurez en la vida humana que nos acerca a la muerte, simbolizada por el invierno en la tradición literaria. Vuelve a marcar la idea del presente de la creación “como es hoy”.

En el segundo cuarteto el yo lírico justifica las circunstancias de su muerte a través del dolor físico y del dolor moral que le provoca el sentirse solo. Insiste con la idea de que morirá un jueves, y con el presente de la creación poética “hoy”.

“que proso estos versos”: aparece en esta expresión un neologismo ya que el verbo “prosar” no existe. Además esta expresión resulta un oxímoron (una contradicción violenta) ya que prosa y verso son dos tipo de escritura totalmente diferentes, por lo tanto no se puede “prosar” versos, una propia de la narrativa (la prosa) y otra propia de la lírica (verso). Parece, además, estar menospreciando su poesía (quitándole valor).

“los húmeros me he puesto a la mala”: en esta expresión coloquial nos expresa su dolor físico, le duelen hasta los huesos, es un dolor físico muy profundo. “Me he vuelto, / con todo mi camino”: el yo lírico, ante el dolor y la soledad que siente, reflexiona sobre su vida y recorre su pasado. Siente al dolor físico y moral como los indicios de su muerte.

En los tercetos, el yo lírico ve a su doble y le habla. Ya no enuncia en primera persona (yo) como en los cuartetos, sino que se desdobla y habla de sí mismo en tercera persona (él). No hay rebeldía en sus palabras, solamente dolor: César Vallejo es la víctima que recibe los golpes: “le daban duro con un palo y duro / también con una soga”. En estos versos hay un encabalgamiento (el sentido de un verso necesariamente termina en el siguiente) y el ritmo en la lectura de estos versos parece acompañar el movimiento del brazo que golpea tan duramente.

En el último terceto encontramos una enumeración en la que se retoman temas ya mencionados en los cuartetos, pero de una forma más general: “los días jueves, y los huesos húmeros, / la soledad, la lluvia, los caminos…” El poema termina con tres puntos suspensivos que parecen no terminar las ideas expresadas.

Dice el crítico Xavier Abril con respecto a este poema de César Vallejo que la muerte no es algo circunstancial y venidero sino que es memoria trágica.


lunes, 27 de junio de 2011

"Canto a mí mismo" Poesía 13

En esta poesía 13 el ámbito es el campo o espacio abierto. El tema de esta poesía son las fuentes de inspiración poética de la vida.

En la composición hay dos grandes unidades de significado que pertenecen a las dos estrofas que contiene la poesía; en este caso podemos decir que la estructura formal y la estructura semántica coinciden. Desde el punto de vista del sentido nos encontramos con dos momentos y desde el punto de vista formal hay dos estrofas: en la primera tenemos la descripción del personaje del negro, y en la segunda la mención de varios animales y su lugar en la naturaleza.

Aparece en la primera estrofa una imagen de un negro esclavo, una imagen campestre: estamos frente a una descripción en la que dominan los rasgos físicos o grafopeya (descripción de rasgos físicos), sin embargo hay implícitamente rasgos de etopeya (rasgos de lo interior, lo moral). Hay una sacralización del cuerpo humano: la religiosidad del poeta se centra en el hombre y no en Dios. Whitman celebra tanto la belleza del alma como la del cuerpo. Whitman eligió la imagen del esclavo negro como trabajador rural, ésta es la anti-imagen, en primer lugar, por cómo eran considerados los negros en la época, como lo inferior, lo no humano, lo más relegado de la sociedad, y en segundo lugar por su condición de esclavos. Sin embargo, Whitman nos muestra una imagen espléndida, se ve que en la descripción abundan los adjetivos bellos , en virtud de ese propósito de retratar la esplendidez de la figura, se considera la belleza con la categoría de lo considerado, en la época, como lo no hermoso.

El negro en esta poesía es símbolo del hombre, de la condición humana que se cumple en él. Esto es un contraste, porque un esclavo que es despreciado y no considerado como hombre, él lo admira y lo hace representar a todos los hombres. Whitman está mostrando con esta descripción, la actitud de mando al tener las riendas de la cuadriga, por lo tanto puede mandar como cualquier otro, se muestra que es igual a cualquier otro hombre. El poeta muestra aquí su idea de igualdad entre los hombres, sin distinción ni de raza, condición social, económica, religiosa o cultural.

Esta imagen del negro es una casi estampa (se llama "estampa", en teoría literaria, a una descripción de la figura humana de cuerpo entero y quieto o inmóvil), porque hay imágenes de movimiento: el sombrero que retira hacia atrás, la camisa, el carro. Esta no es una estampa plena porque se idealizaría o monumentalizaría la figura, sin embargo, con imágenes de movimiento enriquecen la casi estampa porque le dan vitalidad, dinamismo.

En el tercer verso aparece la segunda imagen cromática, que es el azul de la camisa (la primera es el negro mismo, imagen cromática relativa al color de su piel). Las imágenes de movimiento están dando vitalidad a su figura, como por ejemplo, el viento que embolsa su camisa.

Utiliza la faja para protegerse de los trabajos duros que como esclavo debe realizar. Los adjetivos aparecen en fórmulas binarias, reunidos por una conjunción: "tranquila y dominante", "sobre su pelo crespo y sobre el azabache pulido de su piel". Hay muchas imágenes cromáticas como el azabache que es una piedra semi-preciosa, por lo tanto esta metonimia jerarquiza la imagen de su piel, negra y brillante. Aparece un sentimiento de entusiasmo y admiración, lo que lo apasiona es la imagen del conjunto que elaboran hombres y bestias trabajando (el negro y los caballos), relacionados. Es una pasión de carácter admirativo.

Al final de la primera estrofa, está el tema de la poesía: la sangre es metonimia de su ser y la canción es metonimia de su canto y de la poesía. El tema de esta poesía son las fuentes de inspiración poética de la vida. La idea de absorción está vinculada a la nutrición y en lo que nutre, en lo absorbido está la vida y lo poético; él es "el gran catador de la vida." Canta a la vida en todas sus formas.

En la segunda estrofa hay un giro semántico que denotan las desinencias de los primeros verbos que implican el "vosotros", es decir, que estamos frente a un discurso léxico que muestra un destinatario (se otorga él mismo un destinatario que son los bueyes). Mientras que la primera estrofa es una especie de monólogo interior, la segunda en cambio es una especie de diálogo, a pesar de que es el propio yo lírico quien se responde a la pregunta formulada: "¿qué me queréis decir con vuestros ojos?". Esta es la principal diferencia entre la primera y la segunda estrofa.

Los bueyes son muy lentos, muy sosegados y pacíficos. La imagen de los bueyes está asociada a la mirada. Los ojos de los bueyes son muy grandes y además carecen de iris, por lo cual la pupila es enorme, por ese tamaño de su pupila da impresión de abismo, de hondura, de profundidad, sabemos que ese ojo nos mira, pero no cómo nos mira, no podemos ver en qué consiste su mirada. La mirada de los bueyes es de carácter abismal, misterioso, expresan el misterio de la vida, la hondura insondable de la vida. El yo lírico se siente interrogado por esos ojos.

Cada cosa debe ser juzgada por lo que ella es o puede ser, y en lo que ella debe significar.

La imagen de la tortuga tiene paralelismo con el negro, porque ambos son disminuidos en su valor, pero Whitman los destaca por su condición vital, aparece la condición igualitaria de Whitman que está sugerida o expresada a través del contexto . El poeta está proclamando todos los elementos de la realidad que son válidos para la poesía.

La segunda imagen de animales es la de los ánades, establece que hembra y macho levantan vuelo juntos, en virtud del amor y la unidad; está expresando también la realidad del amor como un elemento significante en la vida y en la naturaleza, dotado de un sentido. Las alas que se mueven son metonimia del vuelo. Luego aparecen imágenes cromáticas, hasta los colores tienen un sentido para Whitman, todo se vuelve significante. Nadie puede ser despreciado por lo que es, pues es lo que puede ser y por tal debe ser estimado. En forma latente siempre está presente el individualismo de Whitman, insiste en cada uno, en la individualidad singular, propia.

La chova es un tipo de cuervo que emite un sonido no melodioso, siempre expresa la misma idea, a pesar de que el canto carece de valor y armonía, pues "no conoce la escala musical", Whitman lo valora.

Al final resume, de alguna manera, toda la estrofa. La mirada de la yegua baya expresa las limitaciones del hombre con respecto a la naturaleza, la lección o el aprendizaje último que hace el poeta del mundo, no es de soberbia sino de humildad, quien se ubica en su propio lugar, nunca pecará de soberbia.

El adjetivo demostrativo "esta", muestra lo que nombra el autor, esto en materia literaria se llama "deíctico" (remiten el texto a sí mismo, el texto se justifica y se apoya en sí mismo); el adjetivo demostrativo "esta" aplicado a la yegua no tiene referente, no es que esté preguntando a un animal mientras escribe, sino al que el propio poema crea.

Se vuelve a destacar que Whitman dice aprender mucho más de la naturaleza que de la cultura.

metonimia: es un tipo de metáfora donde la sustitución es parcial. Entre el elemento sustituido y el sustituyente hay un vínculo, hay vecindad de sentidos.

deíctico: son partículas que establecen la relación entre los discursos y los objetos. Hay otrros deícticos que no se refieren a ningún objeto o animal especial, sino al que crea el propio texto (como en este caso del al poesía 13).




miércoles, 8 de junio de 2011

"Canto a mi mismo" Poema 1


"Canto a mí mismo", Walt Whitman
Poema 1

"Canto a mí mismo" es un poemario de 52 composiciones escrito en verso libre (verso que no tiene ni métrica, ni rima), mostrando la voluntad enteramente libre del poeta.

Whitman en el prefacio de su libro editado en 1881 sostiene que no cambió nunca el título de "Hojas de hierba" porque lo dicho en las doce poesías iniciales era todo y el resto de su obra es un gran desarrollo de lo mismo.

"Hojas" metafóricamente hablando es cada uno de los poemas y "de hierba" porque es un elemento muy sencillo, es lo más elemental.

El título "Canto a mí mismo" no puede ser identificado como un canto al yo o al ego, no es un canto de egolatría como se pensó en la época, ni de un excesivo amor propio, es un canto universal, canto a todos los hombres. No es un canto al yo sino un canto al Hombre, a la condición humana.

La poesía número 1 puede considerarse como una introducción al libro porque enuncia algunos temas y una decisión: los temas son del hombre y la decisión es del canto, nos enfrentamos a una poesía de vocación humana.

El tema de la poesía 1 es el del ser y el de los motivos y razones del canto. En el primer verso hay partículas que se repiten: "me","mi", "te". El "me" es dativo o acusativo del pronombre de la primera persona (yo) y el "mi" es gramaticalmente hablando, un adjetivo posesivo. Estas partículas generan un yo que es a quien corresponde el discurso poético. A ese yo o voz poética lo llamamos "yo lírico" que no coincide plenamente con la entidad humana de Walt Whitman.

El tu como destinatario, está creado por la partícula "ti" que es un dativo o acusativo. Esta segunda persona pertenece, en términos generales, al lector y se concreta en cada acto de lectura, con lo que se llama actualización lectora.

El sentimiento de igualdad de la obra de Whitman nace de la vivencia, no hay diferencia de ningún tipo, todos son uno y uno es todo al mismo tiempo.

La segunda estrofa ofrece un hecho de la vida cotidiana que es ajeno a la tradición literaria, es un elemento prosaico (el vagar).

La acción de vagar al comienzo de la estrofa 2 es referida a un momento de recuperación de lo puro y de lo esencial del mundo y de la vida, porque la hierba es simbólica, es el símbolo de lo que la cultura no ha tocado.

El presente del indicativo de los verbos "vagar" y "tumbarse" es un presente actual ficticio que coincide con la enunciación poética.

Aparece la idea de la pertenencia al universo de lo natural, la idea de tiempo implícitamente queda cuestionada al destacarse la sucesión de generaciones que trascienden y forman parte de la vida en la tierra.

Dice "lengua" en lugar de palabra o voz poética y "sangre" en vez de vida y esto es una figura poética llamada metonimia, que consiste en el desplazamiento de sentido por contiguidad o vecindad, similar a la metáfora.

Nos encontramos con vocablos ajenos a la tradición poética como "átomo" y "molécula". Whitman abandona la tradición poética introduciendo todo tipo de lenguaje, el cual maneja libremente e introduce expresiones como éstas que vienen del lenguaje de la ciencia, y otras en lenguas como la francesa o la italiana, que se utilizan en el lenguaje cotidiano de la lengua inglesa. Esta fue una renovación a nivel de léxico que introdujo Whitman.

Se nombra una sucesión de generaciones, pero no para mostrarnos el transcurso del tiempo, sino para mostrar el todo, el universo y la trascendencia de la vida humana. Del punto de vista sintáctico esta es una figura llamada enumeración. Hay una idea de la inmortalidad latente en Whitman que resulta muy interesante y puede encontrarse en cualquiera de sus textos.

En la tercera estrofa hay un cambio abrupto, hay un giro autobiográfico escrito en un verso claramente bimembrado: "Tengo treinta y siete años. Mi salud es perfecta" (hay dos unidades sintácticas y dos unidades de sentido).

Nacimiento y muerte son para Whitman hechos accidentales a lo esencial de la vida que es eterna. En esta estrofa se anuncia la decisión de continuar escribiendo, es un anuncio de su vocación poética que continuará hasta que muera.

El poeta anticipa su condición de libre pensador pues hay escuelas y filosofías que él no acepta y si bien reconoce su importancia, no quiere que se impongan.

Finalmente cierra la composición con la metáfora de las puertas que son la voluntad, la voluntad del poeta se identifica con la fuerza creadora de la naturaleza. La voluntad es para Whitman por sí misma un valor moral. "Las puertas" es metáfora de ambas cosas, por un lado de la voluntad poética como vocación de la escritura, y por otro lado de la voluntad humana como fuerza moral única capaz de cambiar aquello que está mal en el mundo.

La naturaleza es desenfrenada porque crea sin frenos, constantemente.








viernes, 29 de abril de 2011

La Ilustración

http://www.slideshare.net/marielarocom/siglo-xviii-6856149

"Cándido" Voltaire



Dentro de la gran y variada obra escrita por Voltaire, a "Cándido o el Optimismo" obra del año 1759 es una "nouvelle" (camino intermedio entre la novela y el cuento, debido a su extensión). "Cándido" es un relato filosófico en que Voltaire quiere mostrar que el mundo es un absurdo y la vida es una incoherencia.

El autor realiza con esta obra una sátira del optimismo metafísico y moral, criticando la filosofía idealista e insensible a los hechos del filósofo alemán Lebnitz, quien afirmaba que en este mundo todo está de la mejor manera posible, todo mal es pequeño y ocurre en beneficio de un bien mayor y para diferenciar al Creador del ser creado.

Es también un relato de aprendizaje, sobretodo del personaje protagonista que da el nombre a la nouvelle. También es un relato de aventuras donde el personaje realiza un extenso y constante viaje. Este movimiento permanente del personaje da una impresión de caos a la obra en general, porque la intención es mostrar a la vida como un caos, en la que el azar y la casualidad tienen un rol de gran importancia.

La obra está compuesta por treinta capítulos. El primer capítulo, "Donde se da cuenta de como fue criado Cándido en una hermosa quinta y como de ella fue echado a patadas", comienza con la ubicación espacial de los personajes. Se encuentran en el castillo del señor barón de Thunder-Ten-Tranckh, nombre casi imposible de decir, que crea el autor para contraponer la dureza de la lengua alemana (considerada por él como una lengua dura y poco civilizada) a su lengua natal, el francés, lengua dulce y vehículo de la cultura. Este lugar es utilizado por el autor como un espejo del mundo noble falso y mentiroso.

La presentación de los personajes es caricaturesca. En primer lugar se nos presenta al personaje protagonista, Cándido, del que se hace una etopeya ya que su nombre lo describe porque es un joven ingenuo y crédulo de alma apacible y muy sensible. Se nos dan datos poco claros con respecto a su origen porque no se sabe con claridad quiénes son sus padres, pero irónicamente el narrador nos dice que se sospecha que era hijo de la hermana del barón y un vecino hidalgo (categoría más baja dentro de la nobleza), con el que la joven no se quiso casar porque no pertenecía a una familia importante, ni social,ni económicamente. El autor nuevamente se burla de las costumbres y la falsedad que predominaba en la sociedad del siglo XVIII.

El barón es presentado a través de sus posesiones y de las personas que los rodean y le sirven, adulándolo. Continúa haciendo una descripción física de la baronesa (grafopeya) destacando su gordura, y nuevamente usando la ironía, el narrador nos dice que con su aspecto se imponía y se hacía respetar.

Cunegunda, la hija de los barones, es descrita a través de una grafopeya, como una joven bonita, gordita, con aspecto de sana y "muy apetitosa muchacha". Su hermano es igual al padre, el barón.

Pangloss es el maestro de los jóvenes de la casa; su nombre significa "lengua suelta", también lo describe, como a Cándido el suyo, ya que habla todo el tiempo sobre cosas absurdas, que no tienen sentido. Sin embargo, para Cándido, no hay verdades más grandes que las que Pangloss le dice. Voltaire utiliza a este personaje para ridiculizar las ideas filosóficas de Leibniz, afirmando hasta el final que todo sucede para bien porque viven en el mejor de los mundos posibles, a pesar de las terribles cosas que les ocurren a los personajes a lo largo de la obra. Pangloss, en una actitud siempre optimista, justifica todo lo que les pasa por más horrible que sea. A través del discurso directo, el autor hace decir a Pangloss una serie de tonterías a través de un lenguaje hiperbólico (muy exagerado): "... todo está en el último ápice de perfección".

Cándido cree en las palabras de Pangloss, porque vive en la quinta que le parece la mejor del mundo, con la joven Cunegunda, que le parece la más bella del mundo, y tenía al mejor filósofo del mundo entero enseñándole (nueva hipérbole). Cándido, en su ingenuidad, no se da cuenta que su mundo es muy limitado ya que nunca ha salido de allí, es el único mundo que conoce.

Luego de las presentaciones, se desarrolla una acción que es la que va a provocar que Cándido sea echado a patadas de la quinta. Cunegunda descubre a Pangloss dando "clases de física experimental" a una criada de la baronesa. Este acto sensual que es espiado por Cunegunda, despierta la sensualidad de ésta que busca a Cándido para repetir la experiencia. Por lo tanto, Pangloss va a ser el causante indirecto de la expulsión de Cándido. Todo este relato está narrado con mucho humor e ironía: luego de la comida, Cándido y Cunegunda se encuentran detrás de un biombo donde se besan y se dejan llevar por la atracción que ambos sienten, sugiriendo la situación vivida a través del uso de puntos suspensivos. Como ya dijimos, el azar tiene un papel muy importante en esta obra, por lo cual, durante ese encuentro pasa por allí el barón, los descubre juntos, y echa a patadas en el trasero a Cándido. La joven Cunegunda se desmaya, y cuando vuelve en sí, es castigada por la baronesa.

En el final del capítulo I el autor recurre nuevamente a la ironía y a la sátira, diciendo que en ese lugar tan hermoso (un paraíso ilusorio), todos quedaron muy consternados, mostrándonos cómo el mundo "perfecto y hermoso de la quinta" se convirtió en un lugar donde la violencia tuvo su lugar.